jueves, 17 de mayo de 2012

Lo natural


Es natural que pensemos en nuestros pies, en nuestras manos, con cierto apego, con cierto encanto.                                                                                                                                                                   Es natural que pensemos en cambiar el mundo chapoteando en vasos de agua, es natural que anhelemos peceras que yacen al fondo del Titicaca para irnos a dormir fetales.                                      Deshojar una margarita de las que no crecen entre los edificios y debatirse entre si caerse de culo o salir volando, es natural. Abrir los ojos y desear cerrarlos, guardar la espada y encontrar la hidra, también lo es.                                                                                                                                                               Es natural desmitificarnos a cada vuelta de la esquina, sabernos círculo pero soñarnos espiralados, ser ingenuos a la hora del abrazo, vulnerables de cara a las estrellas, es natural estresarnos con el migo del conmigo, comprar una manzana roja y que esté podrida, querer perseverar y dejarse llevar por el viento, amontonar pelusas debajo de la cama, perder una media, sentirse despreciado, deprimirse frente a la heladera vacía, bailar en bombacha, enlatarse en la pereza, putear la alarma del despertador, rogarle asilo al silencio, exilarse en el sinsentido, pedir amor a las monedas de las fuentes y financiaciones en cuotas al universo, es natural reír de angustia, llorar de llanto, sentir que cuando la lluvia viene nos perdona, ser viejo a los veinte, pisar mierda y quedarse esperando la suerte, encontrar plumas por todos lados, perder el tiempo al fondo del bolsillo agujereado, escapar por el rabillo de la aguja, juzgar los besos que nos han negado, dejarse la remera al revés para recibir un regalo, sentir ansiedad de lo que se siente espanto, lamerse como un helado de frutilla, patear para mañana las orejas que hoy no nos han escuchado, dejar restos de aceite en los platos recién lavados, escupirse frente al espejo, sentirse subordinado, jugar al desdichado, pisar a alguien que está descalzo, putear a los mosquitos, hartarse de distinguir en el juego y el fuego, culpar a los astros, hacernos los desencantados, no llegar a fin de mes, sentirse enorme queriendo ser pequeño y viceversa, chorrear el mate, olvidar las fechas de cumpleaños, no saber usar los abrelatas y los sacacorchos, amar con amor compulsivo y desproporcionado es natural. Y no tan grave, hasta bueno.                              

No hay comentarios:

Publicar un comentario